"El historiador se halla en la imposibilidad absoluta
de comprobar por sĆ mismo los hechos que estudia.
NingĆŗn egiptĆ³logo ha visto a RamsĆ©s.
NingĆŗn especialista en las guerras napoleĆ³nicas
ha oĆdo el caĆ±Ć³n de Austerlitz"
Marc Bloch
(El hombre controlador del universo, Diego Rivera. 1934)
Para los
estudiosos de las ciencias sociales el definir a las ciencias que involucran
dicha Ć”rea de las ciencias es un problema comĆŗn; a diferencia de las ciencias
naturales, las ciencias sociales o ciencias humanas involucran una serie de
concepciones que varĆan segĆŗn el autor e incluso del momento. La palabra
Historia ha tenido infinidades de definiciones; quizĆ”s la mĆ”s prĆ³xima o la que
mejor se ajusta serĆa: “La ciencia de los hombres en el tiempo”. Dicha
definiciĆ³n nos la enseĆ±Ć³ el historiador francĆ©s Marc Bloch en el siglo pasado.
El mismĆsimo Bloch nos proporciona un amplio abanico de definiciones aceptadas
sobre Historia y nos muestra algunas particularidades de lo que debe estudiar
la Historia y el para quƩ.
Entonces, Historia de la humanidad; es redundante. Se sabe entonces que existe una historia geolĆ³gica, una historia del cosmos, pero Historia es solamente la historia de los hombres en el tiempo; se sobreentiende que Historia es justamente de la humanidad, del hombre y de la mujer en su participaciĆ³n en un tiempo y espacio determinado.
Entonces, Historia de la humanidad; es redundante. Se sabe entonces que existe una historia geolĆ³gica, una historia del cosmos, pero Historia es solamente la historia de los hombres en el tiempo; se sobreentiende que Historia es justamente de la humanidad, del hombre y de la mujer en su participaciĆ³n en un tiempo y espacio determinado.
Al hablar de Tiempo se debe agregar que se trata de un tiempo histĆ³rico, de una forma de percibir el pasado e incluso el presente; asimismo la historia no debe ser un estudio exclusivo del pasado, de lo acontecido sino que debe ser tambiĆ©n una comprensiĆ³n de los hechos ocurridos en tiempo presente. “Los hombres en el tiempo”; de este modo la palabra hombres queda expuesta en plural, o sea, lo colectivo. De este modo antes expuesto es como los historiadores de la escuela de los Annales han mostrado a la historia y su objeto de estudio haciendo un cambio paradigmĆ”tico y revolucionario en el momento en que se hace la propuesta por Marc Bloch y Luicen Febvre; incluso aƱos posteriores a 1929 se hacen muchas otras propuestas por otros autores sobre lo que es Historia. Se dice -y con razĆ³n- que "la historia la escriben los vencedores"; pero, ¿quiĆ©n conoce la versiĆ³n vietnamita de su guerra?
A finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX el historiador alemĆ”n Bernheim definĆa a la historia de las siguientes formas; “Historia es la ciencia de la evoluciĆ³n del hombre considerado como ser social”, la otra definiciĆ³n que Ć©l mismo da sobre historia aƱos despuĆ©s es la siguiente: “Ciencia histĆ³rica es aquella que investiga en su conexiĆ³n causal los hechos de la evoluciĆ³n del hombre en sus manifestaciones (lo mismo las singulares que las tĆpicas y colectivas) como ser social”. SegĆŗn lo que planteaba Bernheim no es tan descabellado pensar que tales conceptos son totalmente aceptados y para el contexto en el cual el autor los escribiĆ³; parece ser incluso adelantados ambos para la Ć©poca en la que los planteĆ³. Le da Bernheim el carĆ”cter de ciencia a la historia y aclarando de forma contundente en ambas definiciones el objeto de estudio de la historia y expone lo de causal como lo pertinente ademĆ”s del hombre en colectivo, en sociedad.
Por otro lado Bauer definĆa a Historia de tal manera: “Historia es la ciencia que intenta describir y explicar, volviendo a vivirlos, los fenĆ³menos de la vida en aquello en que se trata de los cambios que las relaciones de los hombres con las diversas colectividades sociales llevan consigo, seleccionĆ”ndolos desde el punto de vista de su influencia sobre los tiempos posteriores o con respecto a sus cualidades tĆpicas y concentrando la atenciĆ³n, fundamentalmente, en aquellos cambios que no pueden volver a repetirse en el tiempo ni en el espacio”. SegĆŗn lo planteado por Bauer, lo que llama mucho la atenciĆ³n es lo Ćŗltimo de su definiciĆ³n de historia; ya que las primeras lĆneas es muy similar a lo planteado por Bernheim; es asĆ pues, cuando se refiere a que la historia no tendrĆ” jamĆ”s hechos similares en distintos tiempos y espacios; el rol del historiador como investigador cientĆfico estĆ” consciente de ello por eso mismo se estudian hechos acaecidos con objetividad pero no se puede repetir hechos relevantes tal cual cĆ³mo sucedieron anteriormente; el francĆ©s March Bloch nos enseƱaba eso en su cĆ©lebre libro “ApologĆa de la Historia o el oficio del historiador”.
Gracias a la Escuela de Annales donde los principales historiadores planteaban categorĆas nuevas en cuanto al estudio de historia; como por ejemplo; tiempo, hombre, historiador, presente, pasado. Asimismo, Annales cambia cualquier discurso de lo que se refiere al tĆ©rmino de historia haciĆ©ndolo de un modo mĆ”s complejo dĆ”ndole a la historia mayores argumentos en su objeto de estudio y al historiador mismo en su oficio de investigar y enseƱar historia. Lo que tienen en comĆŗn Bernheim y Bauer es que ninguno niega el hecho de que la historia sea una ciencia (discusiĆ³n que se genera a menudo), tambiĆ©n ambos historiadores afirman la importancia del estudio de la historia y aclaran que se enfoca en lo social, en el hombre en colectivo y los hechos o fenĆ³menos que ocurran en el tiempo. La historiografĆa planteada por los "Annalistes" tiene tambiĆ©n que ver con las definiciones de Bauer y Bernheim; ya que la historia debe tener sus mĆ©todos para estudiarla como cualquier otra ciencia social y que aporta explicaciones para comprender los hechos actuales asĆ como los del pasado.
En estos Ćŗltimos decenios han surgido ahora, sobretodo en MĆ©xico y otras partes de LatinoamĆ©rica un nuevo abordaje de la Historia, se les conoce como "Microhistoria" o "Historia local". Parece que asĆ surgen otras reflexiones, en todo caso, parece mucho mĆ”s conveniente llamarle Historia local y no Microhistoria; justo por aquello del prefijo Micro, le da como un carĆ”cter de reducciĆ³n o de diminutivo al estudio de la historia, ya que su abordaje es el de las localidades, se refiere pues; a la escala geogrĆ”fica de lo local, por eso (como se explicĆ³ anteriormente en este pĆ”rrafo) que es mĆ”s conveniente y pertinente llamarle Historia local, asĆ se comprende de antemano que su objeto de estudio sigue siendo las relaciones sociales en el tiempo presente y pasado pero sĆ³lo a la escala geogrĆ”fica local y no nacional que es la que mĆ”s suele leerse y escribirse.
Ya sea Historia Local, Historial Regional o Microhistoria; la escala espacial es la que determina e estudio a abordar dependiendo de los hechos acaecidos en un momento especĆfico. Lo que se pretende es aclarar que si bien se estĆ” de acuerdo con los planteamientos realizados por historiadores como Luis GonzĆ”lez y GonzĆ”lez, ArĆstides Medina Rubio, RamĆ³n A. Tovar, entre otros; cuando Ć©stos hacen Ć©nfasis en la necesidad de hacer y de ejercer (en teorĆa y praxis) un Historia que nos remonte con lo mĆ”s prĆ³ximo y cercano a nuestra identidad y que al sustituir a la Historia Patria por la Microhistoria no se estĆ” dejando al costado la identidad nacional; mĆ”s bien, conociendo la Historia de nuestras calles, de nuestro barrio, de nuestra comunidad, de nuestros vecinos, de nuestra RegiĆ³n HistĆ³rica o RegiĆ³n socio-econĆ³mica; estamos pues, conociendo y haciendo nuestra Historia Patria, la de la naciĆ³n. En definitiva, es ir de lo micro a lo macro, de lo conocido a lo desconocido (en ese orden) como plantearĆa la GeografĆa de la escuela de Paul Vidal de La Blache y la Geohistoria.
Pero revisando lo que el historiador ArĆstides Medina Rubio (Experto en esta materia de la Microhistoria o Historia local) considera al respecto: "...Braudel decĆa que no existe una historia ni un oficio de historiador, que sĆ historia y oficios. Por ello no extraƱa que sean igualmente vĆ”lidas una historia de los hombres en el contexto universal, como una historia de los hombres en contextos nacionales concretos y aun en espacio y tiempo menores que las naciones. Es asĆ legĆtimo entonces tambiĆ©n acercarse al pasado de las gentes cuya existencia nace, vive y muere en pequeƱas localidades. Es aquĆ donde se inscribe la llamada historia parroquial o microhistoria, que se detiene en los pequeƱos espacios, que se interesa en descubrir y explicar las dinĆ”micas de las microsociedades. En posiciĆ³n a la historia de las naciones, que corrientemente se le denomina historia (de la) patria".
El historiador oriundo de Puerto Cabello, ArĆstides Medina Rubio nos hace reflexionar sobre la importancia que tiene hoy dĆa el abordaje de una Historia necesaria ante los problemas sociales actuales y e historiografĆa en el contexto presente; argumentaba lo siguiente: "Nadie que se precie de historiador , no importa si se escuda detrĆ”s de la autoridad que le pueda conferir una leĆda columna periodĆstica o una posiciĆ³n de poder, puede pretender ignorar -o peor, ignorar de verdad- que el ordenamiento polĆtico y social, los sistemas de producciĆ³n, los problemas de intercambio, las particularidades locales y regionales, el desarrollo ulterior de la sociedad, la cultura y en fin todo lo inherente al hombre, en el pasado y en el presente que de inmediato serĆ” pasado, es competencia de la historia. Por eso, no se puede sospechar de ningĆŗn historiador que quiera escrudiƱar el pasado inmediato, porque a los demĆ”s historiadores siempre les interesĆ³ el pasado remoto, no se puede descalificar al historiador que quiere acercarse a los fenĆ³menos de su localidad y de su regiĆ³n, porque haya muchos historiadores que les interesa mĆ”s estudiar repĆŗblicas que sĆ³lo existen a medias, o estudiar las metrĆ³polis colonizadoras o las culturas de lejanas latitudes; no se puede dudar del historiador que prefiere concentrar su esfuerzo en los mecanismos con los que la naturaleza y los hombres determinan la producciĆ³n y el consumo, en el pasado y en el presente inmediato".
Considerando lo anteriormente expuesto, no cabe duda de que Medina Rubio nos dio razones de sobra para creer que sĆ existe una Microhistoria; que es preciso su abordaje y que la historiografĆa oficial vaya en la misma direcciĆ³n que esta forma de escribirla, de ese modo, se comprende mejor lo local, lo comunitario, lo parroquial; despuĆ©s de todo, es eso lo que nos da la identidad y nos ayuda a conocernos mejor en tiempo presente. Pero, igualmente, ¿no serĆa mejor llamarla solamente Historia local?
Nos hace reflexionar que, al igual que Marc Bloch y su definiciĆ³n de Historia se asemeja un poco a lo planteado por Bernheim y Bauer; la reflexiĆ³n se genera por el hecho de que se ha pensado que los aportes realizados por Bloch fueron novedosos para su Ć©poca (de hecho es asĆ) cuando ya Bernheim a finales del Siglo XIX daba importantes avances sobre la definiciĆ³n de historia, siendo Ć©ste un gran aporte varios decenios antes de que Bloch nos maravillase con su libro “ApologĆa de la Historia o el oficio del historiador”. Libro que cualquier estudiante o amante de la Historia debe leer para aprender y aprehender cuestiones del uso de la historia como ciencia social, pero para hacerla suya, para hacer de la historia el elemento para conocer mejor su cotidianidad; de este modo, el lector se va a maravillar con el discurso que el historiador francĆ©s manifestaba en este libro. Es uno de esos materiales bibliogrĆ”ficos de obligatoria revisiĆ³n.
Teniendo todo lo antes expuesto; de igual manera pertinencia, me atrevo a publicar por acƔ uno de los escritos que mƔs me apasionan y me han hecho reflexionar por su breve pero acertado contenido. No es otro que; Preguntas de un obrero que lee, por el escritor alemƔn Bertolt Brecht.
"¿QuiĆ©n construyĆ³ Tebas, la de las siete Puertas?
En
los libros aparecen los nombres de los reyes.
¿Arrastraron
los reyes los bloques de piedra?
Y
Babilonia, destruida tantas veces,
¿QuiĆ©n
la volviĆ³ siempre a construir? ¿En quĆ© casas
de
la dorada Lima vivĆan los constructores?
¿A
dĆ³nde fueron los albaƱiles la noche en que fue terminada
la
Muralla China? La gran Roma
estĆ”
llena de arcos de triunfo. ¿QuiĆ©n los erigiĆ³?
¿Sobre
quiƩnes triunfaron los CƩsares?
¿Es
que Bizancio, la tan cantada,
sĆ³lo
tenĆa palacios para sus habitantes? Hasta en la
legendaria
AtlƔntida,
la
noche en que el mar se la tragaba, los que se hundĆan,
gritaban
llamando a sus esclavos.
El
joven Alejandro conquistĆ³ la India.
¿Ćl
solo?
CĆ©sar
derrotĆ³ a los galos.
¿No
llevaba siquiera cocinero?
Felipe
de EspaƱa llorĆ³ cuando su flota
Fue
hundida. ¿No llorĆ³ nadie mĆ”s?
Federico
II venciĆ³ en la Guerra de los Siete AƱos
¿QuiĆ©n venciĆ³ ademĆ”s de Ć©l?
Cada
pƔgina una victoria.
¿QuiĆ©n
cocinĆ³ el banquete de la victoria?
Cada
diez aƱos un gran hombre.
¿QuiĆ©n
pagĆ³ los gastos?
Tantas
historias.
Tantas
preguntas."
(ApologĆa de la Historia o el oficio del historiador, Marc Bloch)
REFERENCIAS
- ApologĆa de la Historia o el oficio del historiador. Marc Bloch
- Historia Regional y Local. ArĆstides Medina Rubio
- Vigencia del estudio histĆ³rico regional. RamĆ³n A. Tovar
- Para una teorĆa de la Microhistoria. Luis GonzĆ”lez y GonzĆ”lez