Yo y otros animales

"El burro va al final". Blog dedicado a la Historia; tambiƩn manifiesto mis opiniones, reflexiones y un poco menos que eso.

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"Ya viene el yanqui patón
y la gringa pelo e´miel.
Al yanqui decile:
go jón
y a la gringuita:
veri güel"
(Pablo Antonio Cuadra, Intervención)


("Gloriosa victoria", Diego Rivera. 1954)


BASES IDEOLƓGICAS DEL EXPANSIONISMO NORTEAMERICANO.
    El expansionismo norteamericano se da por distintos motivos; entre esos estaba la bĆŗsqueda de mayor expansión territorial y dominio geogrĆ”fico para tener mayor poder e igualmente mayores recursos económicos. El contexto en que se origina la expansión gringa es a finales del Siglo XIX y principios del XX cuando los paĆ­ses iberoamericanos sufrĆ­an un neocolonialismo por parte de Inglaterra; para justificar la expansión estadounidense a los paĆ­ses latinoamericanos y caribeƱos  nacen algunas bases ideológicas y la primera de estas era “La Doctrina Monroe”.

Doctrina Monroe: Esta doctrina fue ideada por el polĆ­tico estadounidense James Monroe el 2 de diciembre de 1823 y trataba principalmente de una doctrina que expresa la excusa perfecta del por quĆ© los paĆ­ses latinoamericanos y caribeƱos deben comenzar a tener una mejor relación con los Estados Unidos y no con las potencias europeas. “El hemisferio americano y sus repĆŗblicas contra las monarquĆ­as europeas”. Para el momento en que se plantea esta doctrina por el polĆ­tico Monroe al congreso estadounidense los paĆ­ses latinoamericanos tenĆ­an una gran influencia de dependencia de las potencias europeas y asĆ­ mismo Estados Unidos buscaba ser el centro hegemónico de esta región.
   
   En el aƱo 1823 Estados Unidos no era ninguna potencia que hiciera frente a la armada britĆ”nica. Con la doctrina Monroe, los polĆ­ticos estadounidenses pretendĆ­an hacerles saber a las potencias europeas que no deberĆ­an tener ningĆŗn tipo de injerencia en los paĆ­ses americanos y que no debĆ­an colonizar ni aplicar sus polĆ­ticas imperiales sobre el continente americano. Este fundamento ideológico fue la base para que los Estados Unidos tomaran una polĆ­tica que era la misma que les pedĆ­a a los europeos que no aplicaran sobre los paĆ­ses latinoamericanos y caribeƱos.

Destino Manifiesto: Aquí se señala mÔs profundamente lo que los estadounidenses reclamaban como obligatorio y necesario para su propio desarrollo, la expansión. En el destino manifiesto se señala que los Estados Unidos estaban destinados por la providencia a ser la gran potencia imperial mundial, no se aplicaría el colonialismo como lo aplicaron los europeos siglos anteriores sino que se aplicaría con otro paradigma. Lo primero era la expansión al Oeste norteamericano, de la costa del AtlÔntico a la costa del Pacífico y adquirir el norte de México; incluso obtuvo Estados Unidos la mayor parte del territorio mexicano. Igualmente en el Destino Manifiesto se expresa que Estados Unidos debía ser la última potencia hegemónica así como sus imperios predecesores que la historia señalaba que se trasladaba de Este a Oeste comenzando con China, Persia, Grecia, Roma, el Sacro Imperio Romano GermÔnico, el Imperio de Napoleón, el Imperio britÔnico hasta llegar a los Estados Unidos.
   
   Gracias al Destino Manifiesto; los Estados Unidos comenzaron su proceso de expansión e imperialismo en los paĆ­ses latinoamericanos y caribeƱos. Esto consistĆ­a en la ocupación de territorios que no fueron ocupados por los primeros colonos britĆ”nicos o franceses; al occidente estadounidense. Era un territorio nuevo para explorar para los norteamericanos, una vez que se concreta el dominio de esas tierras, que se hace aĆŗn mĆ”s grande en extensión y económicamente la nación estadounidense, comienza asĆ­ pues, el dominio de otras naciones; de su patio trasero.

POLƍTICA APLICADA POR ESTADOS UNIDOS EN EL CARIBE ANTES DE LA CRISIS DE 1929
    En el aƱo 1898 los Estados Unidos deciden intervenir en la isla de Cuba para ayudar a la isla a conseguir su independencia de EspaƱa. Para dicho aƱo ya los estadounidenses estaban desarrollados económica y militarmente para expulsar a los espaƱoles de la isla cubana, USA siempre ha deseado tener a Cuba y al resto de paĆ­ses caribeƱos en su órbita de influencia, remontĆ”ndose al presidente John Quincy Adams en el aƱo 1823 cuando se refirió a Cuba como la isla que acabarĆ­a cayendo como una fruta madura.

    El senador Orville H. Platt quien era presidente de la comisión del senado estadounidense plantea la Enmienda Platt en el aƱo 1901, la isla de Cuba obviamente representaba un lugar estratĆ©gico al cual le convenĆ­a apoderarse Estados Unidos, mediante tratados de paz entre USA y EspaƱa se concedió la independencia de la isla del Reino EspaƱol pero se iba a establecer un gobierno cubano controlado por USA y se le iba a otorgar a los estadounidenses el territorio de GuantĆ”namo a cambio de 200 dólares anuales por lo que los estadounidenses rechazaron dicha medida ya que igualmente estos Ćŗltimos podĆ­an intervenir la isla las veces que sean necesarias para proteger los intereses norteamericanos; a USA le interesaba el territorio de GuantĆ”namo para establecer allĆ­ sus bases militares.

   Los estadounidenses decidieron establecer en Cuba un gobierno para proteger, salvaguardar a los ciudadanos y los intereses estadounidenses al igual de impedir cualquier injerencia europea; el gobierno debĆ­a ser de conveniencia norteamericana por el tiempo necesario hasta “instruir” al pueblo cubano hasta que se pueda autogobernar; asĆ­ lo consideraban los norteamericanos. El comercio entre ambos paĆ­ses favoreció altamente a los Estados Unidos, por lo que se considera que intervenir la isla de Cuba favoreció mucho a USA. En los próximos aƱos se observa claramente la importancia que tuvo la Enmienda Platt para la polĆ­tica intervencionista norteamericana en la isla de Cuba, de esta forma, como resultó propicio para USA establecer un Protectorado en Cuba le resultó igual o mĆ”s favorable lo que realizaron con Colombia y PanamĆ”, un caso tambiĆ©n de mucha pertinencia para comprender.

“El caso de PanamĆ”, y en cierto modo, tambiĆ©n el de Colombia, representa un ejemplo mĆ”s de la manera de actuar de los Estados Unidos en defensa de su posición hegemónica en el Hemisferio Occidental, en los campos polĆ­tico, económico y militar. En este caso, la intervención estadounidense se encuentra Ć­ntimamente relacionada con la apertura de un canal interoceĆ”nico en CentroamĆ©rica o, mejor dicho, con la importancia del istmo centroamericano para las comunicaciones interoceĆ”nicas.” (El Intervencionismo norteamericano en IberoamĆ©rica, pĆ”g. 418.).
    Para los Estados Unidos el control de los ocĆ©anos AtlĆ”ntico y PacĆ­fico era ya una prioridad para tener mayor control económico por lo que ambos ocĆ©anos representan como circuitos económicos, el poder polĆ­tico una vez que se apoderaron de las Filipinas arrebatĆ”ndosela tambiĆ©n a EspaƱa y en el Ć”mbito militar para el control de los paĆ­ses de su Ć”rea de influencia; asĆ­ que no sólo pretendĆ­an controlar el hemisferio occidental sino que veĆ­an incluso mĆ”s allĆ”, su otro interĆ©s era el control mundial. Los deseos estadounidenses de construir un canal por el istmo centroamericano no eran sólo por PanamĆ”, ya desde aƱos antes de abrir el canal de PanamĆ” se pensó en Nicaragua; para el aƱo 1879 el francĆ©s Fernando de Lesseps comenzó la construcción del canal en PanamĆ” en 1821 sin importar la soberanĆ­a de los colombianos en un primer momento; y luego de los panameƱos.

   Los franceses fracasaron en el intento; una de las causas fue, las enfermedades contagiadas por los constructores franceses que no estaban adaptados a esa condición. Los estadounidenses aprovecharon el fracaso francĆ©s y construyó el canal obteniendo una concesión del gobierno colombiano, se le cederĆ­a el control del canal a Estados Unidos por 99 aƱos y que debĆ­a cancelar la cantidad de 250.000 dólares anuales, el canal les servĆ­a para su polĆ­tica económica de puertas abiertas y para aplicar el libre comercio con paĆ­ses europeos y Japón para que el circuito de los dos ocĆ©anos sea beneficioso para USA. Luego de algunas intentonas separatistas por parte de panameƱos ayudados por estadounidenses se logra la separación de la Provincia de PanamĆ” de la RepĆŗblica de Colombia, haciendo de la primera finalmente una nueva repĆŗblica “libre” a las órdenes de lo que proponĆ­a el gobierno de Washington.

    El trato que tuvo Estados Unidos con los otros paĆ­ses centroamericanos y caribeƱos fue de un carĆ”cter mĆ”s militarista, mĆ”s opresivo, mĆ”s directo y mĆ”s intervencionista; una vez que USA se hace con las posesiones de la isla de Cuba y PanamĆ” con su importante canal toma mayor desarrollo militar y económico y la injerencia a los demĆ”s paĆ­ses iberoamericanos se hace mayor, si es necesario de forma militar, a partir de ese momento los estadounidenses aplican con mayor fuerza sus fundamentos ideológicos, la Doctrina Monroe y el Destino Manifiesto haciĆ©ndoles creer a los paĆ­ses latinoamericanos y caribeƱos que debĆ­an dejarse influenciar por ellos para poder alcanzar la civilización.

    Entre los paĆ­ses donde se produjo injerencia norteamericana estĆ”n RepĆŗblica Dominicana y HaitĆ­, paĆ­ses de la isla La EspaƱola. En el aƱo 1896 RepĆŗblica Dominicana trató de incorporarse voluntariamente a los Estados Unidos; cosa que le hizo valerse los estadounidenses para aprovecharse de esta repĆŗblica, los Estados Unidos controlaban los ingresos aduaneros de los dominicanos, igualmente todos los movimientos económicos produciendo un desarrollo desigual entre ambas naciones ya que USA se beneficiaba mĆ”s.

    La otra nación de La EspaƱola, HaitĆ­ experimentó un caso parecido al de los dominicanos cediĆ©ndole a USA el control fiscal y económico del paĆ­s, Estados Unidos igualmente tenĆ­an el control del 50% de la producción azucarera, de servicios de transporte y de los bancos haitianos. HaitĆ­ siempre fue un lugar estratĆ©gico y Estados Unidos no desperdició la oportunidad de poseer prĆ”cticamente la soberanĆ­a económica del paĆ­s. AsĆ­ pues, ambas naciones mencionadas se convirtieron en protectorados financieros de los Estados Unidos, Ć©ste Ćŗltimo tenĆ­a el control de las polĆ­ticas financieras de ambos paĆ­ses con la excusa norteamericana de ayudarlos a progresar y desarrollarse. Si vemos el resultado de tal promesa unas dĆ©cadas despuĆ©s; podemos evidenciar que se quedó en eso, mera promesa.

    Otros paĆ­ses que fueron intervenidos militarmente para salvaguardar los intereses norteamericanos fueron Nicaragua y MĆ©xico; el primero ocurre desde finales del siglo XIX cuando USA decide abrir en Nicaragua el canal que conectara el ocĆ©ano PacĆ­fico con el mar Caribe y el ocĆ©ano AtlĆ”ntico, a partir de dicho momento USA comienza a intervenir Nicaragua para hacerles ceder su territorio y dependencia financiera como ocurrió con RepĆŗblica Dominicana y HaitĆ­, respectivamente; en Nicaragua ya habĆ­a mucho capital norteamericano que fue invertido para las empresas de plĆ”tanos, las minas y el sector de los servicios, USA ataca militarmente Nicaragua para cuidar de su capital retenido en el paĆ­s centroamericano y para cuidar igualmente una minorĆ­a que estaba a favor de la ocupación de USA en el paĆ­s.

    MĆ©xico fue otro caso que explica la polĆ­tica de injerencia norteamericana, el paĆ­s fue intervenido por USA ya que Ć©ste protegĆ­a sus intereses particulares, el sector de la construcción de ferrocarriles, el sector financiero y un importante porcentaje del sector minero mexicano estaba bajo las conveniencias americanas, por ende USA necesitaba proteger su capital en MĆ©xico que estaba en peligro por la revolución (1910) que vivĆ­a el paĆ­s mesoamericano, uno de los primeros ataques a la nación mexicana fue en el aƱo 1914 cuando los mexicanos apresan a dos marines provenientes del buque de guerra Dolphin; los estadounidenses aprovecharon la ocasión para atacar la ciudad de Veracruz y hacerse con la misma por algunos aƱos.
   
   MĆ©xico fue atacado posteriormente por razones que los norteamericanos seƱalaban de excusa como la defensa de los ciudadanos norteamericanos en MĆ©xico y el cuidar los ciudadanos estadounidenses era de vital importancia para el gobierno de Washington, una vez mĆ”s se demuestra el carĆ”cter polĆ­tico y militar de Estados Unidos con los paĆ­ses iberoamericanos antes de la crisis ocurrida en el aƱo 1929, cuidando sus zonas de influencia, sus posesiones y sus protectorados aplicaba USA medidas económicas que perjudicaban a los paĆ­ses latinos y si era necesario intervenĆ­a con las armas a las naciones del hemisferio occidental. Aplicaba el garrote a lo “Teddy” Roosevelt. Pero sobre esto, recordemos lo que el cĆ©lebre uruguayo Eduardo Galeano nos hacĆ­a reflexionar por allĆ” en 1991, comparando la situación entre MĆ©xico y Estados Unidos, explicando lo siguiente: "imaginemos que los marines de MĆ©xico invaden Los Angeles, para proteger a los mexicanos amenazados por los recientes disturbios - se pregunta el uruguayo - ¿Bueno o malo?". 

   Ahora veamos el caso venezolano. Desde finales del Siglo XIX, en pleno conflicto anglo-venezolano por la disputa del Esequibo. Problema que tenĆ­a Venezuela desde que comenzó a ser RepĆŗblica, pero que se habĆ­a intensificado cuando los britĆ”nicos dejaron de reconocer a Venezuela como propietario de gran parte del territorio, fue cuando los Estados Unidos aplican la Doctrina Monroe con fines expansionistas intentando alejar a los britĆ”nicos y europeos en general de AmĆ©rica, se genera entonces la primera "ayuda" norteamericana para un conflicto entre un europeo con Venezuela. Como en toda "ayuda" norteamericana para con los latinoamericanos, no fue exitosa. Hoy dĆ­a es evidente que el conflicto venezolano por el Esequibo sigue vigente y es ahora Estados Unidos el que apoya la causa contraria a la venezolana. Pero, durante el gobierno de Cipriano Castro, con el conflicto del bloqueo a nuestras costas en diciembre de 1902 se evidencia la injerencia gringa en Venezuela

   Fueron las potencias imperiales Gran BretaƱa, Alemania, Italia, el Reino de los PaĆ­ses Bajos; quienes, con sus buques de guerra bloquearon las costas varguenses el 9 de diciembre de 1902, significando una agresión al suelo patrio. Estados Unidos aplica una vez mĆ”s la Doctrina Monroe para su conveniencia, a comienzos del aƱo 1903 gracias al Tratado de Washington se logra resolver el conflicto venezolano con los europeos. Pero le costó caro al presidente Castro y a toda la nación. A partir de entonces, Estados Unidos interviene económica y diplomĆ”ticamente al paĆ­s como si fuese uno de sus protectorados. Ahora eran los Estados Unidos quienes se hacĆ­an cargo de algunas empresas con capital de origen germano y britĆ”nico. Con el apoyo de USA es que se concreta la traición a Castro y colocan a su tĆ­tere Juan Vicente Gómez para salvaguardar sus intereses como imperio naciente. 

POLƍTICA DE ESTADOS UNIDOS EN AMƉRICA LATINA DESPUƉS DE LA CRISIS DEL AƑO 1929

    Luego de sufrir la I Guerra Mundial (1914 – 1918), que por cierto las bajas fueron menores a diferencia de los paĆ­ses europeos y que el gasto militar y económico, en general fue mucho menor igualmente; los Estados Unidos experimentaron una Ć©poca memorable para su historia, los “Felices aƱos 20´s” que trajo desarrollo y abundancia al pueblo norteamericano. DespuĆ©s de ostentar todos los lujos, la nación estadounidense sufrió la crisis o recesión del aƱo 1929 que es considerada como una de sus peores crisis jamĆ”s vividas. AsĆ­ pues, los Estados Unidos comienzan a aplicar otras medidas de injerencia a los estados iberoamericanos a partir del aƱo 1930 en adelante.

   La polĆ­tica de buena vecindad era necesaria para USA ya que no podĆ­an seguir aplicando su intervencionismo con la barbarie con la que lo hacĆ­an, igualmente en el aƱo 1933 el presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt cuando toma el poder habla con respecto a la polĆ­tica de injerencia norteamericana en los paĆ­ses iberoamericanos y expresó que, no era necesario ni lo mejor para ningĆŗn paĆ­s del hemisferio occidental intervenir militarmente los asuntos internos de cada nacioe manifestaba que la doctrina no era en contra de los paĆ­ses iberoamericanos sino que era dirigida a las potencias europeas; con esta polĆ­tica de buena vecindad el presidente Roosevelt manifestaba su deseo de ser un buen vecino para los paĆ­ses iberoamericanos, con la ayuda, el panamericanismo y la colaboración; USA les hacĆ­a creer a los paĆ­ses latinoamericanos y caribeƱos que deseaban cambiar sus polĆ­ticas intervencionistas, prĆ”cticamente pregonaban un “borrón y cuenta nueva” a las acciones de ataque militar e intervención llevado a cabo por USA.   A los Estados Unidos no le quedaba otra alternativa que aplicar la polĆ­tica de buena vecindad ya que habĆ­an sufrido la crisis del aƱo 1929 e igualmente existĆ­a un descontento interno en Estados Unidos que repudiaba la polĆ­tica intervencionista. 

   Luego de la I Guerra Mundial y de la crisis de 1929  Estados Unidos tuvo que recurrir al libre comercio entre los paĆ­ses americanos. Al igual que la polĆ­tica de la buena vecindad los Estados Unidos aplicaron otro tipo de polĆ­ticas de  sĆ­ lo hicieron creer.“En 1933, los Estados Unidos reconocieron, por fin, los principios de igualdad entre Estados, de integridad territorial y de no intervención en los asuntos, tanto externos como lo venĆ­an haciendo los norteamericanos, el memorĆ”ndum sobre la Doctrina Monroe. Rechazaron, asimismo, el uso de la fuerza en las relaciones internacionales. Las consecuencias de este cambio de actitud se pusieron de manifiesto durante los aƱos siguientes. En el verano de 1934, los Estados Unidos pusieron fin a la ocupación militar en HaitĆ­, si bien no abandonaron el control de las finanzas de dicho estado. La enmienda Platt, que habĆ­a limitado la soberanĆ­a de Cuba, fue abolida el 29 de mayo de 1934, firmĆ”ndose un nuevo acuerdo comercial con dicho paĆ­s en tĆ©rminos de igualdad.” (El Intervencionismo norteamericano en IberoamĆ©rica, pĆ”g. 442.).

    USA comenzó a aplicar otras medidas de tipo polĆ­tico, económico y militar en los paĆ­ses del hemisferio occidental, al igual que los casos de HaitĆ­ y Cuba, Estados Unidos comenzó una polĆ­tica de igualdad con los estados latinoamericanos y caribeƱos; todo esto, por la polĆ­tica de su mandatario F.D. Roosevelt que no veĆ­a como necesaria la injerencia militar en IberoamĆ©rica. USA ayudó polĆ­tica y económicamente a los paĆ­ses iberoamericanos por lo que pregonaba su presidente Roosevelt, obviamente a USA le convenĆ­a en su momento ayudar bajo la polĆ­tica de buena vecindad a los paĆ­ses americanos pero lo hacĆ­an igualmente bajo un fin; pero, ¿Por quĆ© este cambio de actitud por parte de los estadounidenses con sus vecinos iberoamericanos? En parte todo tiene que ver con el contexto, la Estados Unidos de Wilson, Theodore Roosevelt entre otros mandatarios antes de la crisis de 1929 era un paĆ­s que necesitaba aplicar las medidas de injerencia en su momento, asĆ­ sea de forma militar valiĆ©ndose de sus fundamentos ideológicos, aunque sin el ataque militar sobre Nicaragua y MĆ©xico jamĆ”s fuese podido ocupar estos paĆ­ses como lo hizo.

   La Estados Unidos de Franklin Roosevelt pasaba por un momento muy distinto, de crisis económica pero Ć©ste entendió que las intervenciones ya estaban hechas y que Estados Unidos no perderĆ­a su influencia sobre los paĆ­ses americanos. No se justifica los actos realizados por USA desde finales del siglo XIX, pero sin dichas injerencias cometidas jamĆ”s fuesen logrado el desarrollo que pregonan hoy dĆ­a. 
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"Jovencito, jovencito,
tu brazo es muy corto
para boxear con dios"
James Weldon Johnson


(La Ćŗltima cena, Salvador DalĆ­. 1955)

   Adonay, Padre Abraham, Quetzalcóatl, Zeus, VisnĆŗ, YahvĆ©, AlĆ”, JehovĆ”-Shalom, Maradona. LlĆ”menlo como quieran, dios es dios para todos y cada uno de los seres humanos que creen; y para los que no creemos en Ć©l tambiĆ©n. Ahora, para los que no creemos en ningĆŗn dios, tenemos el fuerte dilema de que en nuestra vida social, en nuestro quehacer nos encontramos con todo tipo de dioses del mundo cuando hablamos con un creyente; al que en ese creyente ademĆ”s de vivir la idea de dios, estĆ” vivo dios en esa persona. A lo que me refiero es, que dios estĆ” presente en nuestro lĆ©xico, en nuestro idioma, en cada palabra, en cada oración que decimos casi siempre lo nombramos y la mayorĆ­a de las veces pasa esto hasta en un ateo que reniega totalmente en la existencia de dios.       

 

   Lo que aspiro es dar a conocer mi idea y el exponerla es algo que me apasiona y motiva para seguirlo realizando en un futuro; sabiendo de antemano mi condición de ateo, asĆ­ y todo; me atrevo a escribir sobre dios porque considero esto un tema macro en los estudios sociales a travĆ©s de la historia. Parece pues, ser dios el origen; como tema, de las ciencias (la mayorĆ­a de Ć©stas).

 

   Dios, o lo que queremos que sea; es una idea de lo que muchas personas quieren que sea su dios independientemente de las descripciones espirituales que se le den a dicho “ser” divino desde las mĆŗltiples religiones o sectas en el mundo que crean en un ente superior a otros similares o a toda cosa con vida. Ya sobre esto se ha hablado, analizado y estudiado mucho; los filósofos se han enfocado en este tema desde el inicio mismo de la filosofĆ­a, incluso desde las primeras tĆ©cnicas en las ciencias sociales y exactas. Entonces, no pretendo redundar en este tema tan abordado por personas con mucho mayor conocimiento metodológico que yo.

 

   La filosofĆ­a (sobre todo la helenista) postulaba su propio sistema de pensamiento y creencia, segĆŗn cada filósofo, apartando a dios de su sistema de pensamiento o incluyĆ©ndolo en su sistema de pensamiento; pero bĆ”sicamente, al cuestionar o afirmar la existencia de dios, se colocaba a Ć©ste como el eje del pensamiento. Como ese principio; por cierto, de la filosofĆ­a del antiguo mundo griego que manifiesta “en toda negación, hay algo de afirmación”, lo que quiero decir es que partĆ­an de la figura de un dios, para luego negar su existencia, pero al partir de Ć©l, lo estĆ”n afirmando asĆ­ se concluya con que Ć©l, o sea dios, exista o no. Las ciencias partĆ­an de “llevarle la contraria a dios” al demostrar con hechos los fenómenos que eran atribuidos a la divinidad de un dios o de varios dioses; ademĆ”s de llevarle la contraria a dios, las ciencias tambiĆ©n buscaban probar la existencia o la no existencia de dios. AsĆ­ que no renegaba del todo de dios.

 

   Una vez escuchĆ© a un pana afirmar lo siguiente: “Yo no tengo que ir a ninguna iglesia, cada persona es una iglesia, ¿o no es la iglesia la casa de dios?”. Ese comentario con interrogante incluida me hizo reflexionar mucho; despuĆ©s de todo, tiene razón, “la iglesia es la casa  de dios”; y si permites que dios acceda a ti por medio de la oración y la fe entonces lo estĆ”s hospedando en tu morada (cuerpo) entonces tĆŗ eres una iglesia. El pana al que hago mención es creyente mĆ”s no católico, y los católicos tienen dicho principio de la morada de cada persona como una iglesia. Esto es un poco lo que quisiera tratar; y exponer con este artĆ­culo-opinión, que cada quien crea o invente un dios, creer en Ć©l (o en ella), que le llame como desea y le solicita como desee y cuando desee. Entonces, dios es lo que queremos que sea. Por ejemplo; para mĆ­, dios NO es, porque NO existe, pero para millones de personas sĆ­. ¿QuiĆ©n tiene la razón…?

 

    Hay que ser bastante osado en la vida para atreverse a escribir todas las consideraciones en torno a lo que representa dios, pues me tomo el atrevimiento de hacerlo y disfrutĆ”ndolo y mucho. Este tema, que ya es muy analizado, escrito, refutado por personas con una categorĆ­a intelectual muy elevada. Desde mis escasos conocimientos de Historia y FilosofĆ­a, asĆ­ como la pasión por la escritura de opinión, todo resulta el hecho de cuestionar a dios como figura emblemĆ”tica de las religiones y de pensamientos en el mundo a travĆ©s del tiempo histórico. ¿Es dios lo que queremos que Ć©l sea, o somos nosotros lo que Ć©l quiere que seamos?

 

   Las ideas de la vida despuĆ©s de la muerte, la resurrección, la muerte misma, el origen de la vida y el de las especies con vida en el planeta, de las normas o mandamientos morales como si se tratasen de Contratos sociales, del pecado, del castigo, del perdón, de la redención, del fĆŗtbol y Maradona. Todas son ideas que derivan de la idea madre que serĆ­a DIOS. Como suelen decir, recordemos; los testamentos judeocristianos los escribieron varias personas. “Las personas son inmortales porque se les recuerda”. Pero si un dĆ­a la humanidad dejara de recordar o de pensar en dios para pedirle perdón o un favor, o dares las gracias; en se momento dejarĆ­a de existir dios, en tanto se le deje de recordar o se piense de Ć©l; pero, eso no parece pasar nunca. Pareciera que las calamidades que siempre han existido y seguirĆ”n existiendo en el mundo son obras de dios para que precisamente se le recurra a Ć©l; por necesidad misma.  

 

   Lo que dijo alguna vez Douglas Adams (escritor britĆ”nico del siglo pasado) tiene mucha relevancia, es interesante y digno de anĆ”lisis; fue lo siguiente: “Dios ha sido durante mucho tiempo la mejor explicación disponible, pero ahora las tenemos mucho mejores. Dios no explica nada en absoluto, al contrario, se ha convertido en algo que necesita una cantidad insalvable de explicaciones”.

 

   “Dios nos ama a cada uno de nosotros como si solo existiera uno de nosotros”; Ć©sta frase se le atribuye al argelino de los siglos IV y V, San AgustĆ­n de Hipona. De allĆ­ suele partir la idea de la omnipresencia de dios, ¿es dios (o un dios) lo suficientemente omnipresente y omnipotente, asĆ­ como lleno de amor como para amar a cada una de sus "creaciones", es ese amor absolutamente incondicional? Maradona, no ama y ni conoce a muchos de los que creen en Ć©l como un "D10S". Como expuse previamente, ¿se puede criticar a alguien que sabe de la existencia de Diego Maradona, porque lo ha visto o tocado? Lo que le falta a Maradona para ser un dios divino es la inmortalidad, pero si Maradona siempre serĆ” recordado entonces nunca morirĆ”... No debemos olvidar que existe una "iglesia", un "templo" de la religión "Maradoniana" en NĆ”poles (Italia) y hasta quizĆ”s existan otras en alguna otra parte del mundo. ¿Eso lo coloca a Maradona en el mismo escalón de superioridad en el cual gozaron divinidades como Zeus, OdĆ­n o VisnĆŗ? 

  

    Al agnóstico le pasa como dirĆ­a Gabriel GarcĆ­a MĆ”rquez; “Me desconcierta tanto pensar que dios existe, como que no existe”. Y es que, a todo ateo – al creyente; en algĆŗn momento, tambiĆ©n - le pasa algo similar en ese trĆ”nsito que lo va definiendo como un no-creyente. Crean que no es fĆ”cil dejar de creer en algo que; a diferencia de lo que dicen los cristianos, no es del todo amor. MĆ”s bien, es un dios que castiga al que obra mal pero mĆ”s aĆŗn al que no crea en Ć©l;  siendo nosotros criados en la tradición pseudo-cristiana donde dios mĆ”s que ser un ente de amor y compasión es todo lo contrario, llegando a un punto del que hasta le tememos. Los mismos cristianos han tenido que lidiar con esta realidad; al menos que sean una de las autoridades religiosas; que, por supuesto, deben ser sólo del sexo masculino. Pero en eso, por ser ateo, prefiero no meterme.

 

   A dios suelen buscarlo sólo en momentos cuando las cosas van mal, lo buscan para pedirle perdón o un favor; y eso no estĆ” mal, que se le busque en esos momentos, aunque sabemos que existen muchos creyentes que tambiĆ©n suelen buscar a dios cuando las cosas van bien y lo hacen por poseer una enorme fe o por su tradición religiosa particular; muchas veces Ć©stos lo buscan para agradecerle o simplemente para “hablar con el omnipresente”. El filósofo alemĆ”n Friedrich Nietzsche cuando (a punta de martillazos) afirmaba que “Dios ha muerto”; realmente se referĆ­a a que, el hombre (y mujer) al buscar eterna y constantemente a dios, en su afĆ”n de encontrarlo y entenderlo o alcanzarlo se da cuenta que dios no existe, no estĆ”, es un invento humano y que al ser alcanzado pierde su divinidad; su esencia, de hecho. AsĆ­ entonces, deja de existir, pero muere lo que alguna vez tuvo vida, ¿o no?

 

    El omnipotente que no pudo detener guerras, que no pudo detener enfermedades, que no puede detener injusticias, que no pudo evitar que se coma del fruto prohibido; ese omnipotente es el que nos cuida, quiere y ama. Disculpen mi ateĆ­smo tan evidente; pero es como que le  pidas a un marxista que no analice procesos históricos del Siglo XX sin que ese marxista no involucre el impacto de la Revolución Bolchevique de 1917; es imposible que ese marxista obvie eso. DespuĆ©s de todo, dios es lo que queremos que sea  ya que un judĆ­o le llama de una forma pero tambiĆ©n le atribuye hechos históricos o como el musulmĆ”n, ademĆ”s de llamar a dios de otra forma le coloca tambiĆ©n otros tipos de milagros… ¿Cómo serĆ­a la versión islĆ”mica de Las Cruzadas, se la han imaginado siquiera?

 

    PrometĆ­ en esta publicación no meterme en asuntos de las distintas religiones del mundo, sólo en la entidad suprema de esas religiones monoteĆ­stas, o sea, dios. Ya que  Adonay, Padre Abraham, AlĆ”, Quetzalcóatl y Maradona sirven a sus creyentes como un refugio, una necesidad de bĆŗsqueda y no de respuestas, sino de comprensión y salidas a momentos difĆ­ciles; los animales, que no cuentan con conciencia y que su deseo es el deseo por los alimentos y supervivencia no tienen necesidad de creer en ningĆŗn ser superior porque lo ven (el hombre; y la mujer tambiĆ©n) y los padecen; mĆ”s allĆ” de que ellos, los animales no poseen conciencia. Pero los seres humanos que sĆ­ poseen conciencia y que ademĆ”s estĆ”n conscientes de poseerla siguen creyendo por necesidad, por fe, por salida, por costumbre, por Ć©tica, por crianza o por constructo social en uno o varios dioses.

 

   En la historiografĆ­a cuasi oficial del mundo se conoce al pueblo semita, judĆ­o como el primero en creer en un solo dios; previo a ellos y posterior a ellos han existido cientos de civilizaciones en el mundo politeĆ­stas; pero muy probablemente existan otras culturas monoteĆ­stas previo a los judĆ­os, eso no los hace ser mejores o peores (por si acaso). De hecho, los antiguos griegos fueron mĆ”s sistemĆ”ticos que los judeo-cristianos al crear un sistema mĆ”s complejo de las deidades y del origen de las mismas. En otras palabras, se inventaron el cuento completo.

 

   El matemĆ”tico y filósofo idealista francĆ©s Rene Descartes proponĆ­a la posibilidad innegable de la existencia de dios a partir de su creencia; desde la figura metafórica del Genio maligno el filósofo Descartes cuestionaba que el mundo exterior, el que se observa y percibe es una invención y que asĆ­ como es la realidad que se observa, puede tambiĆ©n ser falso; que quizĆ”s podrĆ­a ser una especie de constructo ideal, como un sueƱo, y que habĆ­a un genio maligno para hacernos creer en ello, luego Descartes recurrĆ­a a las matemĆ”ticas y la lógica numĆ©rica para explicar o la realidad que va mĆ”s allĆ” de la que concibe, pero asĆ­ y todo pudiera no ser eso la realidad; por Ćŗltimo, debĆ­a ser un dios, Dios, especĆ­ficamente que ha creado toda la realidad que se percibe y se puede observar, lo consideraba Descartes una invención perfecta y que eso sólo pudo venir del poder y voluntad de Dios, de nadie mĆ”s. Por suerte soy materialista histórico. Como manifestĆ© previamente, es dios el origen o inicio de la discusión que enciende la chispa de la duda filosófica, lo que quiero decir es; que dios es el origen mismo de la filosofĆ­a ya que los primeros intentos de filosofar se dan por cuestionar las creencias preexistentes en el mundo, pero mĆ”s a dios particularmente. En este orden de ideas; ¿Si el hombre no fuese creado a dios, existirĆ­a entonces la filosofĆ­a?

 


    Recuerden NO matar, NO robar y cumplir con otros de los 10 Mandamientos y la humanidad serĆ” mejor; de eso no tengo ninguna duda. Amen a sus prójimos (próximos) como asĆ­ mismos y verĆ”n que la humanidad mejorarĆ” mucho, no hace falta ser creyente para cumplir los mandamientos que despuĆ©s de todo, estĆ”n cargados de una Ć©tica social necesaria para la convivencia justa entre los que hacemos vida en este planeta. Entonces (si dios quiere) al cumplirse esos mandamientos y otros dogmas de las religiones del mundo, seguramente veremos resultados en la humanidad que serĆ”n positivos. Dios es lo que queremos que sea y no al revĆ©s.  

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