"Jovencito, jovencito,
tu brazo es muy corto
para boxear con dios"
tu brazo es muy corto
para boxear con dios"
James Weldon Johnson
(La Ășltima cena, Salvador DalĂ. 1955)
Adonay, Padre Abraham, QuetzalcĂłatl, Zeus, VisnĂș, YahvĂ©, AlĂĄ,
JehovĂĄ-Shalom, Maradona. LlĂĄmenlo como quieran, dios es dios para todos y cada uno de los seres humanos que creen;
y para los que no creemos en Ă©l tambiĂ©n. Ahora, para los que no creemos en ningĂșn
dios, tenemos el fuerte dilema de que en nuestra vida social, en nuestro
quehacer nos encontramos con todo tipo de dioses del mundo cuando hablamos con
un creyente; al que en ese creyente ademĂĄs de vivir la idea de dios, estĂĄ vivo
dios en esa persona. A lo que me refiero es, que dios estĂĄ presente en nuestro
léxico, en nuestro idioma, en cada palabra, en cada oración que decimos casi
siempre lo nombramos y la mayorĂa de las veces pasa esto hasta en un ateo que
reniega totalmente en la existencia de dios.
Lo que aspiro es dar a conocer mi idea y el exponerla es algo que me
apasiona y motiva para seguirlo realizando en un futuro; sabiendo de antemano
mi condiciĂłn de ateo, asĂ y todo; me atrevo a escribir sobre dios porque considero
esto un tema macro en los estudios sociales a través de la historia. Parece
pues, ser dios el origen; como tema, de las ciencias (la mayorĂa de Ă©stas).
Dios, o lo que queremos que sea;
es una idea de lo que muchas personas quieren que sea su dios independientemente
de las descripciones espirituales que se le den a dicho “ser” divino desde las
mĂșltiples religiones o sectas en el mundo que crean en un ente superior a otros
similares o a toda cosa con vida. Ya sobre esto se ha hablado, analizado y
estudiado mucho; los filĂłsofos se han enfocado en este tema desde el inicio
mismo de la filosofĂa, incluso desde las primeras tĂ©cnicas en las ciencias
sociales y exactas. Entonces, no pretendo redundar en este tema tan abordado
por personas con mucho mayor conocimiento metodolĂłgico que yo.
La filosofĂa (sobre todo la helenista) postulaba su propio sistema de
pensamiento y creencia, segĂșn cada filĂłsofo, apartando a dios de su sistema de
pensamiento o incluyéndolo en su sistema de pensamiento; pero båsicamente, al
cuestionar o afirmar la existencia de dios, se colocaba a Ă©ste como el eje del
pensamiento. Como ese principio; por cierto, de la filosofĂa del antiguo mundo
griego que manifiesta “en toda negaciĂłn, hay algo de afirmaciĂłn”, lo que quiero
decir es que partĂan de la figura de un dios, para luego negar su existencia,
pero al partir de Ă©l, lo estĂĄn afirmando asĂ se concluya con que Ă©l, o sea
dios, exista o no. Las ciencias partĂan de “llevarle la contraria a dios” al
demostrar con hechos los fenĂłmenos
que eran atribuidos a la divinidad de un dios o de varios dioses; ademĂĄs de
llevarle la contraria a dios, las ciencias también buscaban probar la
existencia o la no existencia de dios. AsĂ que no renegaba del todo de dios.
Una vez escuchĂ© a un pana afirmar lo siguiente: “Yo no tengo que ir a ninguna iglesia, cada persona es una iglesia, ¿o
no es la iglesia la casa de dios?”. Ese comentario con interrogante
incluida me hizo reflexionar mucho; despuĂ©s de todo, tiene razĂłn, “la iglesia
es la casa de dios”; y si permites que
dios acceda a ti por medio de la oraciĂłn y la fe entonces lo estĂĄs hospedando
en tu morada (cuerpo) entonces tĂș eres una iglesia. El pana al que hago menciĂłn
es creyente mĂĄs no catĂłlico, y los catĂłlicos tienen dicho principio de la
morada de cada persona como una iglesia. Esto es un poco lo que quisiera tratar; y exponer con este artĂculo-opiniĂłn, que cada quien crea o invente un dios, creer en Ă©l (o en ella), que le llame como desea y le solicita como desee y cuando desee.
Entonces, dios es lo que queremos que sea. Por ejemplo; para mĂ, dios NO es, porque NO existe, pero para millones de personas sĂ. ¿QuiĂ©n tiene la razĂłn…?
Hay que ser bastante osado en la vida para
atreverse a escribir todas las consideraciones en torno a lo que representa
dios, pues me tomo el atrevimiento de hacerlo y disfrutĂĄndolo y mucho. Este tema,
que ya es muy analizado, escrito, refutado por personas con una categorĂa
intelectual muy elevada. Desde mis escasos conocimientos de Historia y
FilosofĂa, asĂ como la pasiĂłn por la escritura de opiniĂłn, todo resulta el
hecho de cuestionar a dios como figura emblemĂĄtica de las religiones y de pensamientos
en el mundo a travĂ©s del tiempo histĂłrico. ¿Es dios lo que queremos que Ă©l sea,
o somos nosotros lo que Ă©l quiere que seamos?
Las ideas de la vida después de la muerte, la resurrección, la muerte misma,
el origen de la vida y el de las especies con vida en el planeta, de las normas
o mandamientos morales como si se tratasen de Contratos sociales, del pecado, del castigo, del perdĂłn, de la
redenciĂłn, del fĂștbol y Maradona. Todas son ideas que derivan de la idea madre que serĂa DIOS. Como suelen
decir, recordemos; los testamentos judeocristianos los escribieron varias
personas. “Las personas son inmortales porque se les recuerda”. Pero si un dĂa
la humanidad dejara de recordar o de pensar en dios para pedirle perdĂłn o un
favor, o dares las gracias; en se momento dejarĂa de existir dios, en tanto se le
deje de recordar o se piense de Ă©l; pero, eso no parece pasar nunca. Pareciera
que las calamidades que siempre han existido y seguirĂĄn existiendo en el mundo
son obras de dios para que precisamente se le recurra a Ă©l; por necesidad misma.
Lo que dijo alguna vez Douglas Adams (escritor
britĂĄnico del siglo pasado) tiene mucha relevancia, es interesante y digno de
anĂĄlisis; fue lo siguiente: “Dios ha sido durante mucho tiempo la mejor
explicaciĂłn disponible, pero ahora las tenemos mucho mejores. Dios no explica
nada en absoluto, al contrario, se ha convertido en algo que necesita una
cantidad insalvable de explicaciones”.
Al agnĂłstico le pasa como dirĂa Gabriel
GarcĂa MĂĄrquez; “Me desconcierta tanto
pensar que dios existe, como que no existe”. Y es que, a todo ateo – al
creyente; en algĂșn momento, tambiĂ©n - le pasa algo similar en ese trĂĄnsito que
lo va definiendo como un no-creyente. Crean que no es fĂĄcil dejar de creer en
algo que; a diferencia de lo que dicen los cristianos, no es del todo amor. MĂĄs
bien, es un dios que castiga al que obra mal pero mĂĄs aĂșn al que no crea en
Ă©l; siendo nosotros criados en la
tradiciĂłn pseudo-cristiana donde dios mĂĄs que ser un ente de amor y compasiĂłn
es todo lo contrario, llegando a un punto del que hasta le tememos. Los mismos
cristianos han tenido que lidiar con esta realidad; al menos que sean una de
las autoridades religiosas; que, por supuesto, deben ser sĂłlo del sexo
masculino. Pero en eso, por ser ateo, prefiero no meterme.
A dios suelen buscarlo sĂłlo en momentos cuando las cosas van mal, lo
buscan para pedirle perdĂłn o un favor; y eso no estĂĄ mal, que se le busque en
esos momentos, aunque sabemos que existen muchos creyentes que también suelen
buscar a dios cuando las cosas van bien y lo hacen por poseer una enorme fe o
por su tradiciĂłn religiosa particular; muchas veces Ă©stos lo buscan para
agradecerle o simplemente para “hablar con el omnipresente”. El filĂłsofo alemĂĄn Friedrich Nietzsche cuando (a
punta de martillazos) afirmaba que “Dios ha muerto”; realmente se referĂa a
que, el hombre (y mujer) al buscar eterna y constantemente a dios, en su afĂĄn
de encontrarlo y entenderlo o alcanzarlo se da cuenta que dios no existe, no
estĂĄ, es un invento humano y que al
ser alcanzado pierde su divinidad; su esencia, de hecho. AsĂ entonces, deja de
existir, pero muere lo que alguna vez tuvo vida, ¿o no?
El omnipotente
que no pudo detener guerras, que no pudo detener enfermedades, que no puede detener
injusticias, que no pudo evitar que se coma del fruto prohibido; ese
omnipotente es el que nos cuida, quiere y ama. Disculpen mi ateĂsmo tan
evidente; pero es como que le pidas a un
marxista que no analice procesos histĂłricos del Siglo XX sin que ese marxista
no involucre el impacto de la RevoluciĂłn Bolchevique de 1917; es imposible que
ese marxista obvie eso. Después de todo, dios es lo que queremos que sea ya que un
judĂo le llama de una forma pero tambiĂ©n le atribuye hechos histĂłricos o como
el musulmån, ademås de llamar a dios de otra forma le coloca también otros
tipos de milagros… ¿CĂłmo serĂa la versiĂłn islĂĄmica de Las Cruzadas, se la han
imaginado siquiera?
PrometĂ en esta publicaciĂłn no meterme en
asuntos de las distintas religiones del mundo, sĂłlo en la entidad suprema de
esas religiones monoteĂstas, o sea, dios. Ya que Adonay, Padre Abraham, AlĂĄ, QuetzalcĂłatl y Maradona
sirven a sus creyentes como un refugio, una necesidad de bĂșsqueda y no de
respuestas, sino de comprensiĂłn y salidas a momentos difĂciles; los animales,
que no cuentan con conciencia y que su deseo es el deseo por los alimentos y
supervivencia no tienen necesidad de creer en ningĂșn ser superior porque lo ven
(el hombre; y la mujer también) y los padecen; mås allå de que ellos, los
animales no poseen conciencia. Pero los seres humanos que sĂ poseen conciencia
y que ademĂĄs estĂĄn conscientes de poseerla siguen creyendo por necesidad, por
fe, por salida, por costumbre, por Ă©tica, por crianza o por constructo social
en uno o varios dioses.
En la historiografĂa cuasi oficial del mundo se conoce al pueblo semita,
judĂo como el primero en creer en un solo dios; previo a ellos y posterior a
ellos han existido cientos de civilizaciones en el mundo politeĂstas; pero muy
probablemente existan otras culturas monoteĂstas previo a los judĂos, eso no los
hace ser mejores o peores (por si acaso). De hecho, los antiguos griegos fueron
mĂĄs sistemĂĄticos que los judeo-cristianos al crear un sistema mĂĄs complejo de
las deidades y del origen de las mismas. En otras palabras, se inventaron el
cuento completo.
El matemĂĄtico y filĂłsofo idealista francĂ©s Rene Descartes proponĂa la
posibilidad innegable de la existencia de dios a partir de su creencia; desde
la figura metafĂłrica del Genio maligno el
filĂłsofo Descartes cuestionaba que el mundo exterior, el que se observa y
percibe es una invenciĂłn y que asĂ como es la realidad que se observa, puede
tambiĂ©n ser falso; que quizĂĄs podrĂa ser una especie de constructo ideal, como
un sueño, y que habĂa un genio maligno para hacernos creer en ello, luego
Descartes recurrĂa a las matemĂĄticas y la lĂłgica numĂ©rica para explicar o la
realidad que va mĂĄs allĂĄ de la que concibe, pero asĂ y todo pudiera no ser eso
la realidad; por Ășltimo, debĂa ser un dios, Dios, especĂficamente que ha creado
toda la realidad que se percibe y se puede observar, lo consideraba Descartes
una invenciĂłn perfecta y que eso sĂłlo pudo venir del poder y voluntad de Dios,
de nadie mås. Por suerte soy materialista histórico. Como manifesté
previamente, es dios el origen o inicio de la discusiĂłn que enciende la chispa
de la duda filosĂłfica, lo que quiero decir es; que dios es el origen mismo de
la filosofĂa ya que los primeros intentos de filosofar se dan por cuestionar
las creencias preexistentes en el mundo, pero mĂĄs a dios particularmente. En
este orden de ideas; ¿Si el hombre no fuese creado a dios, existirĂa entonces
la filosofĂa?
Recuerden NO matar, NO robar y cumplir con
otros de los 10 Mandamientos y la humanidad serĂĄ mejor; de eso no tengo ninguna
duda. Amen a sus prĂłjimos (prĂłximos) como asĂ mismos y verĂĄn que la humanidad
mejorarĂĄ mucho, no hace falta ser creyente para cumplir los mandamientos que
después de todo, estån cargados de una ética social necesaria para la
convivencia justa entre los que hacemos vida en este planeta. Entonces (si dios
quiere) al cumplirse esos mandamientos y otros dogmas de las religiones del
mundo, seguramente veremos resultados en la humanidad que serĂĄn positivos. Dios
es lo que queremos que sea y no al revés.
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